Opinión

Carta a Escrivá

Señor Escrivá.

Resulta vergonzoso tener que escuchar de su boca las declaraciones que hizo acerca de las jubilaciones de los integrantes de la generación “baby boom”, a la que pertenezxco.

Dice usted que tenemos que hacer un esfuerzo. Señor Escrivá, ¿pide usted un esfuerzo a los que llevamos trabajando desde los 14 años, la generación que más ha contribuido a la Seguridad Social?¿La generación que se dejó la piel para ayudar al sostenimiento de familias numerosdas?¿La que, en muchos casos, no pudo estudiar, porque tenía que aportar, con su esfuerzo, lo necesario para el sostenimiento de la unidad familiar?¿La que se enfrentó a las postrimerías del franquismo?¿La que pasó por la DGS en innumerables ocasiones?¿La que, en definitiva, trajo esta democracia que tenemos?

¿Nos está pidiendo un esfuerzo más? ¿MÁS?

La generación “baby boom”, mi generación, no puede hacer ya más esfuerzos, porque lo ha dado todo por sus progenitores y porque sus hijos tuvieran aquello de lo que ellos carecieron. Libertad entre otras cosas, No la libertad de Ayuso. LIBERTAD, con mayúsculas.

Mi generación, señor Esdrivá, se merece una compensación por los esfuerzos que ya realizó, no más esfuerzos, Mi generación se merece el reconocimiento de esta sociedad.

Hemos pagado bastante caro nuestro esfuerzo para que porque unos mangantes hayan desmantelado la “hucha de las pensiones”, tengamos que ser también nosotros los que paguemos el pato, mientras usted y los suyos, con cuatro años ejerciendo de diputados en el Congreso, tengan asegurada una pensión de máxima cuantía.

Señor Escrivá, hace usted honor a la habitual política del PSOE, prometer y no cumplir. Comprometerse a hacer algo y hacer lo contrario.

Señor Escrivá. Sus políticas siguen siendo repugnantes. Pero, gracias a una ciudadanía ciega y torpe, seguirán asfixiándonos, junto con sus colegas del PP.

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Carta abierta a Carmen Calvo

Señora Calvo.

Resulta vergonzoso leer, o escuchar, que no está usted “preparada” para un cambio legislativo que haría mucho bien a un gran número de personas, que pasan un calvario durante su infancia, porque no se sienten identificadas con el sexo que la naturaleza les ha otorgado. Psicológicamente es destructivo para los que se ven encerrados en un cuerpo al que sienten que no pertenecen.

Si no está usted “preparada”, no lo apoye, no lo defienda, no se haga partícipe de él, pero no interfiera ni impida que los que “sí están preparados” lo lleven a cabo. Como siempre hacen ustedes cuando algo se les tuerce, se desvían hacia argumentos jurídicos, médicos, o, incluso morales. Mire, aquí lo que cuenta es proteger y ayudar a esas personas. ¡Olvídese de todo lo demás! Hemos sido testigos ya hace tiempo del sufrimiento al que se han visto sometido esos individuos desde su infancia, porque los medios nos lo han mostrado. Hágase a un lado, señora Calvo, tal vez su lastre cultural, la educación recibida, le impidan avanzar, pero no ponga más palos en las ruedas.

Aprovecho estas letras para decirle también, que esas palabras suyas defendiendo nuestro sistema como una democracia plena, son muy erráticas. Ni siquiera democracias más antiguas y más avanzadas que la nuestra lo son, y de hecho sus leyes constitucionales han sufrido modificaciones con el tiempo. La nuestra se ha modificado desde el año 78 una única vez, para incluir en su articulado una imposición de la UE. ¿Usted eso lo ve normal? También, desde el prisma de ciudadano de a pie, no se ve excesivamente normal el proteccionismo con el “emérito” que ustedes manifiestan, liberándole de que comparezca, como cualquier ciudadano, ante el Congreso para dar explicaciones de determinados actos, cuando menos sospechosos. ¿Dónde está la igualdad en la que se inspira esa democracia perfecta que usted pregona?

Hace apenas unos días se cumplieron cuarenta años del famoso intento de golpe de estado contra la democracia – la que tenemos – pero la mayoría de los españoles todavía desconocemos muchos datos de lo que sucedió aquel funesto día, Ustedes defienden, siempre lo han hecho, el compromiso del rey y de la Casa Real con la democracia, ante las múltiples teorías que se han ido construyendo a lo largo de estos años. Si están ustedes tan seguros y tan convencidos de ello, ¿por qué no desclasifican los documentos del CNI al respecto? Seguramente, si todo es como ustedes dicen, acallarían rumores y favorecerían al esclarecimiento de la verdad.

Pero no lo hacen. Dígame, señora Calvo, ¿por qué?

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La manipulación de la violencia

La palabra violencia siempre suena muy desgarradora. Hablar del uso de la violencia siempre provoca cierto escalofrío, y, por supuesto, rechazo. Pero la violencia, como todo, es manipulable. Y eso es lo que hace la derecha reaccionaria en todo el mundo.

Hemos visto las imágenes de los disturbios provocados en Madrid y Barcelona por el encarcelamiento del rapero Hasél, y, ¡cómo no!, observar cómo se revientan escaparates o se saquean comercios, no es una imágen que contribuya a ponerse del lado de los que apoyan la libertad del rapero, desde el momento en que siempre hay quien pretende asociar esos actos con la multitud que se manifiesta, que seguramente los desaprueba.

¿Es tan mala la violencia? Pues depende de quien narra los hechos. Los bombardeos sobre Siria de los mirages franceses, que dejaron Damasco hecha un cromo y provocaron el éxodo de miles de personas, nunca los he visto considerados como actos violentos. La guerra de Irak, que provocó miles de muertos, tampoco he leído u oído que haya sido considerado como un acto violento. “Es una guerra”, dicen, y eso parece ser suficiente como para que desaparezca de inmediato su carácter de violencia. ¿Decir guerra es como decir pacífico, entonces?

Cuando la policía venezolana cargaba contra los opositores a Maduro, ¿hablaba alguien de violencia de los que se enfrentaban a las fuerzas de seguridad, o hablaban de cargas violentas de la policía bolivariana?

Probablemente sin violencia, los franceses no habrían conseguido llevar a cabo su revolución, ni los Estados Unidos de América se habrían independizado de Inglaterra, ni los esclavos habrían alcanzado la libertad, ni los nazis habrían perdido la guerra.

¿Y qué me dicen de la sangrienta represión franquista, con miles de muertos en las cunetas? ¿A eso no le llaman violencia?

Y para terminar voy a a exponer algo a lo que estamos acostumbrados a ver, quizás demasiado, y, precisamente de los que más hablan de paz y de erradicar la violencia.

¿Cuántas veces han observado a u individuo clavado en una cruz, sangrando por la cabeza y el costado?¿Cuántas al mismo hombre amarrado a un poste y cosido a latigazos?¿Cuántas lo han visto en tallas, paseando por la ciudad, con la veneración de muchos?¿Cuántas en cuadros, en diferentes museos?

¿No es eso la veneración de la violencia?

Los medios manipulan la violencia. El poder, apoyado en los medios, manipula la violencia.

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La diferencia entre entender y aceptar

Ayer leía un artículo de Cristóbal Mesa que Miguel Gámez había colgado en Facebook. Por supuesto que no puedo estar más de acuerdo con la línea argumental de su relato, pero me llamó la atención el final en el que exclamaba ¡Qué difícil de entender!

Cristóbal se refería a todos estos casos que nos inundan, de corrupción y de atropellos a lo que se supondría que es una democracia. Citaba eso que todos sabemos: Rato, Urdangarin, los Sarasola, la monarquía…

Ni que decir tiene que podrían añadirse más páginas que en uno sólo de los sumarios de cualquiera de esos casos de corrupción, si se elaborase una lista de todos los atropellos judiciales y esos “casos aislados” de corrupción.

Los últimos han sido la sentencia de Hasél y la de Cifuentes, todo un alarde de normalidad democrática, esa que le gusta tanto a Felipe González y sus adláteres.

Sin embargo, no es, a mi juicio, difícil de entender, considerando que este sistema político es sucesorio de una antigua dictadura. La tan idealizada y modélica transición democrática no es sino una continuidad del régimen anterior. No hubo una ruptura, para ello se estableció una amnistía, que no era para los represaliados, sino para los represores, y se mantuvieron los mismos símbolos que existían.

Cualquiera que haya vivido aquellos años, y cuyo cerebro no se le haya hecho agua, es capaz de entender este postulado. No hay más que observar las inclinaciones del Jefe del Estado para darse cuenta de que ese papel neutral que le otorga la Constitución es una filfa más, una pieza añadida a la urdimbre teatral en la que nos quieren mantener ensimismados.

Esto no es difícil de entender, es, simplemente difícil de aceptar.

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Felipe González, de nuevo…

La verdad es que resulta tedioso y aburrido tener que estar siempre sacando a este señor a la palestra. Parece que no tiene bastante con haberse enriquecido a costa de la política, contradiciendo sus propias palabras de las que pocos se acuerdan: “desconfiad de aquel que se enriquece con la política”, cuando el se embolsa 2 millones al año, a costa de la política.

Siente por Pablo Iglesias la misma animadversión que sentía por Julio Anguita, un ejemplo de dignidad humana y política. ¿Felipe González se permite el lujo de hablar de meter la pata, precisamente él que, lleva años sin sacarla de donde la metió? ¿Él, que se enteraba por la prensa de la financiación irregular de su partido? ¿Él, que dejó a merced de la Justicia a Barrionuevo y Vera, como si no supiera nada de lo que estaba sucediendo? ¿”Mister X”?

Resulta bochornoso escuchar las chocheces de este anciano decrépito hablando de nuestro régimen político como de una democracia perfecta. Este individuo no se ha enterado de que no existe nada perfecto, en menor medida nuestra democracia que es la más joven de Europa. La mayoría de las constituciones europeas se han modificado en bastantes ocasiones, la nuestra únicamente en una, para adaptarla a una exigencia de una Unión Europea conservadora y reaccionaria.

Este señor, el gran ingeniero de las puertas giratorias, habla de nuestro sistema político como si se tratara de una máquina perfecta y exige a los demás que pidan perdón. ¿Acaso ha pedido perdón él a los muertos por el GAL? ¿Acaso ha pedido él perdón a todos los trabajadores que dejó en la calle con su “Reconversión Industrial” que no se reconvirtió en nada? ¿Ha pedido perdón a la clase trabajadora a la que precarizó cuando permitió que se creasen las empresas de trabajo temporal? ¿Ha pedido perdón por lucrarse a costa de su posición privilegiada, fichando por Endesa?

Es un hartazgo tener que estar soportando la falta de vergüenza de este señor y verle aparecer en los medios afines a la derecha para ensuciar el nombre de la izquierda y de las clases menos favorecidas de este país, con el único objetivo de defender su statu quo y el de todos los de su misma condición.

Sería un alivio que dejase de hablar en nombre de una izquierda a la que no representa, y que dejase de proclamarse socialista, porque con sus declaraciones lo único que hace es ensuciar a la izquerda e indignificar a los que le precedieron en un partido que defendió valores sociales que nada tienen que ver con los suyos.

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El PP es un estercolero

Cuando no hay modo de recurrir a argumentos sólidos, se recurre a la estupidez. Eso viene siendo una especie de “guiaburros” del PP. Por eso Bonilla admite que cobró de la caja “B”, pero que eso pasó hace una década. Por tanto lo que pasó hace una década, para el PP no debe contar, así que ni los asesinatos de ETA de hace una década cuentan, ni contará cuando se cumpla una década, el exilio de Puigdemont. Creo que sobre esto último no pensarán así.

El PP viene financiándose irregularmente desde su fundación. Viene robando a los españoles desde su fundación, pero Casado y sus acólitos pretenden hacernos creer a todos que él lidera un partido nuevo, distinto y limpio, y que, además, son el estandarte de la lucha contra la corrupción. Es para descojonarse. Pero lo más sangrante es que hay quien se lo cree, o, peor, quien, aunque no se lo crea les va a seguir votando, porque el peligro es la izquierda.

Así nos ha lucido el pelo a los españoles desde los tiempos de maricastaña, con monarquías expoliando las arcas públicas y partidos liberales lucrándose del erario público, a la sombra de la corona y de la aristocracia. Y el pueblo aborregado aplaudiendo y agitando la bandera, incrementando aún más la montaña de estiercol del poder de la derecha, no ya burguesa, sino fascista.

Porque, eso sí, los símbolos están por encima de todo. Ahora a “La Ayuso” y “al Almeida”  se les ha ocurrido la fabulosa idea de subvencionar con más de 12.000 euros a los ciudadanos para que puedan cambiar las banderas descoloridas de sus balcones.

Con ese dinero podrían comer, vestirse o calentarse bastantes familias. Pero a estos desalmados ¿qué les importan las familias que están pasando necesidades por los destrozos económicos de la pandemia? La culpa es del gobierno. A ellos les basta con la bandera, porque los de la bandera no deben pasar hambre, ni necesidades. O a lo mejor se puede uno comer la bandera y con eso ya te alimenta para el resto de tus días.

El Partido Popular es un lodazal de mierda, desde que fue creado, una mafia, una vergüenza para La Democracia y un escupitajo a la Constitución que tanto defienden. Pero le siguen votando. Muchos ciudadanos prefieren el estiércol.

Esto es España, señores.

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Las costuras del PSOE

Parece que el PSOE es el que ha facilitado las soluciones a los problemas de la ciudadanía frente a la pandemia: los ERTES, los préstamos ICO, las facilidades en el cosumo energético de las personas con mayores dificultades económicas, etc. Pero nadie parece percatarse de que si no hubiese estado Podemos en el gobierno, puede que las cosas hubiesen tenido un color distinto. Puede que el gobierno se hubiese arrugado, como una pasa, frente a la UE. Puede que estuviésemos hablando de una catástrofe mayor.

Pero cuando se trata de ciertos asuntos, al PSOE se le ven las costuras, costurones, más bien. Cuando se trata de destapar toda la basura que circunda la Corona, el PSOE se hace chiquitito, y se niega a abrir una investigación como es debido sobre una institución que, lejos de servir al pueblo, lo que ha hecho es aprovecharse de él.

¿Qué le debe el PSOE a la monarquía?¿Por qué ese empecinamiento en proteger a una institución cuya decadencia se va haciendo más palpable por momentos? 

A muchos nos gustaría que alguien nos respondiese a estas preguntas. Evidentemente nadie lo va a hacer, salvo que, por arte de biribirloque, salgan a la luz los elementos que lo aclaren. Algo complejo y poco probable.

Lo más paradógico de todo este tinglado es que en las encuestas los del puño y la rosa avancen posiciones. O las encuestas mienten, o los ciudadanos son unos cretinos que no ven mucho más allá de sus propias narices.

Los que se consideran de izquierdas deberían reflexionar un poco sobre qué papeleta tienen que depositar en la urna. Los que se sienten de izquierda deberían considerar quién defiende realmente sus intereses.

Permitir que los que te están robando de los impuestos que pagas no es precisamente una actitud muy de izquierdas. Es una actitud de derechas, de los que admiten que la corrupción es un mal menor y que viene incluido en el paquete de la Democracia. Es como los que se van a la Riviera Maya con el “todo incluido”. Les ponen la pulserita y lo que les den.

No vale cargar la responsabilidad a la Ejecutiva del partido. Los que eligen que estén en el poder son co-responsables. 

Si te consideras de izquierda, piensa bien a quién vas a votar, en las elecciones autonómicas, locales o generales: no te olvides de que en todos los casos, aunque no son los mismos, defienden las mismas ideas, y la misma política.

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Esto es lo que nos espera

Esto es lo que nos hemos ganado. Lo hemos favorecido nosotros. El comercio de la salud nos ha llevado a este punto, porque a los laboratorios farmacéuticos les interesa ganar dinero, no curar a las personas.

Ahora la derecha, precisamente el valuarte más grande que tiene la empresa privada, arremete contra el gobierno porque no hay vacunas, igual que arremetió cuando no había mascarillas. Pero no dicen que eran ellos los que defendían la deslocalización de las empresas, los que miraban hacia otro lado cuando se entregaba la producción de elementos tan importantes como los de la salud pública, al continente asiático.

¡Qué caradura más grande! ¡Tiene bemoles que a la izquierda la tilden de populista, precisamente ellos!

Pues esto es lo que nos espera, señores, si no se invierte en investigación, si no se sostiene la Sanidad y la Educación.

¿Que tiene que ver la educación con esto?, se preguntarán algunos. Pues lo cierto es que si la educación se privatiza, que es lo que quieren Casado, Abascal y Arrimadas, sólo tendrán acceso a ella los sectores más favorecidos de la sociedad, por lo tanto esos serán los ingenieros, los doctores, los periodistas, los etcétera. Y los demás sus criados. Es decir, la sociedad de hace cincuenta años.

Tiene bemoles, sí, que en España existan científicos de talento que no puedan desarrollar una vacuna eficiente porque no haya dinero para comprar los animales que se necesitan para realizar las pruebas. Mientras tanto, las farmacéuticas privadas han invertido copiosas cantidades de dinero para vender luego el producto al mejor postor.

Del mismo modo sucede con empresas tan relevantes como las de la energía y las comunicaciones, algo que debería estar bajo el control absoluto del Estado.

Los que continuen sosteniendo a la derecha y sean de “los de abajo” que luego no vayan quejándose. Será lo que han querido que sea.

Esto es lo que nos espera.

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Caso Dina, otro intento fallido

Otra más. Una nueva causa en la que los jueces ultraconservadores han tratado de destruir a Pablo Iglesias, y, con él, a Podemos, que es lo que realmente persiguen. Sin embargo, el Tribunal Supremo le ha dado calabazas al juez García Castellón.

Así van, una tras otra, todas las denuncias  contra Podemos o sus miembros, impulsadas por el Partido Popular, por Vox, o por Eduardo Inda, ese estandarte de la estulticia que se pasea por las televisiones conservadoras, cuando debería estar en la cárcel porque a él sí que le han condenado en diversas ocasiones. Así van, digo, cayéndose por su propio peso todas las mentiras urdidas por ese franquismo rancio que no sabe cómo sostener eso del “atado y bien atado”.

Eso es lo que les duele. Quieren apartar de la circulación a Unidas Podemos porque son conocedores de que son los únicos que pueden ponerles en apuros. El PSOE es más domesticable. Pedro Sanchez les ha salido un poco descarado y algo dídcolo, pero en algunos asuntos saben que responde a los principios de “la tapadera”, por eso no han querido que se investigue a “Campechano I”. Algo huele a podrido en el PSOE, por eso alguien ytiene que ser el cancerbero de la cueva donde yacen todos esos secretos que quieren que contibuemos desconociendo. Y le ha tocado a Pedro Sánchez ser ese cancerbero.

La verdad aflorará algún día, Suele terminar sucediendo y Pedro Sánchez pasará a la historia por ser el que no permitió dignificar al estado español, por mucho que haya sido impoluto en su gestión de los duros momentos          que nos han tocado vivir.

Pero, como dije una vez, esto no va a acabar aquí. La derecha rancia, el fascismo, seguirá intentándolo. Todos lo sabemos, si pudiesen fusilarían a Pablo Iglesias y a todos los militantes, o simpatizantes de la formación morada. De hecho es público que lo han dicho.

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A Ayuso… otra vez

Me dirijo de nuevo a usted, porque su concepto de la desvergüenza no conoce límites. Porque trata usted con las personas como si se tratase de mercancía.

A usted lo único que le preocupa es su “ego”, su cuota de poder, su necesidad de “mandar”, porque los de su calaña creen que hacer política consiste en “mandar”, lo han expresado innumerables veces, cuando dirigiéndose a otras formaciones políticas han criticado que hubiese disensiones internas: “nadie manda en ese partido” , acostumbran a decir.

Pues la política democrática, señora, no es mandar, es llegar a acuerdos, consensuar, establecer un equilibrio que beneficie a aquellos a los que usted pretende gobernar.

Pero, no. Usted salió a hacerse la foto en IFEMA, a elogiar la profesionalidad, la actitud, la capacidad y la entrega de los sanitarios. Usted los aplaudía. ¿Para qué, si ahora está ordenando que despidan a todo aquel que no quiera trasladarse al “Zenda”, ese complejo hospitalario vacío que ha construido usted, con el dinero de todos, para parecer que está haciendo algo.

Lo suyo no es un despropósito, sino una locura, es como, si en una guerra, decidiese expulsar a soldados del frente. Lo que más necesitamos, ahora, y siempre, pero especialmente ahora, son profesionales de la sanidad, para que puedan realizar su trabajo con la menos sobrecarga posible.

Pero usted, en un arrebato de soberbia, los despide, porque no quieren ser trasladados a un lugar que no es un hospital, sino el esqueleto de un hospital. Algo que ha ingeniado usted y su camarilla como panfleto político.

Puedo decir en su descargo, señora Ayuso, que la culpa no es únicamente suya, sino de los miles de ciudadanos madrileños que le otorgaron su voto.

Esos miles de ciudadanos son los que están ayudando a la destrucción dela sanidad pública, que es lo que usted Señora Ayuso, y los suyos, llevan persiguiendo desde hace mucho tiempo.

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